La indignación de Felipe González fue considerable al abrir la edición del domingo –la de mayor difusión de la semana- y constatar cuál era la fotografía que acompañaba la entrevista que había concedido en exclusiva al periódico desde Bruselas (ver arriba).
Se trata de una imagen vertical, tomada a las cinco menos diez de la tarde, en la que Felipe González aparece de pie, en gabardina, con gesto extraño, las manos saliendo de los bolsillos y en postura algo forzada. La instantánea la firmaba Wiktor Dabkowski.
El enfado del político andaluz fue enorme. Desde hace años, mantiene una relación estrecha con el Grupo Prisa y, particularmente, con su consejero delegado, Juan Luis Cebrián. Juntos han intervenido –incluso en fecha reciente- en conferencias o simposios. Comparten puntos de vista y planteamientos.
Ayer mismo, sin ir más lejos, Felipe González participó en las jornadas “Brasil, Alianza para la Nueva Economía”, organizadas por los diarios El País y Valor Económico. La intervención del ex inquilino de La Moncloa en este ciclo, en el que ha estado presente el propio jefe del Ejecutivo brasileño, Lula da Silva, estaba cerrada desde hace meses.
Logicamente también en la cúpula de la compañía hay un gran enfado por lo sucedido. Les ha llegado el malestar del ex presidente y no entienden qué ha podido suceder. Máxime, como decimos, cuando el día anterior la cabecera había sido ‘premiada’ con una exclusiva filtrada desde el entorno del propio Felipe González. Pobre Fotografo y jefe de la sección bronca segura.
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