
Hace 50 años la TV marcó uno de los hitos mas importantes que ha habido en las campañas electorales, ahora 50 años después esta modernidad en aquel tiempo lo vemos como una cosa antigua y decadente en el marketing electoral, pero sigue siendo un libro abierto para aprender. Así veía la agencia EFE este debate en exclusiva para el Diario catalán La Vanguardia.
CHICAGO RICHARD NIXON FRENTE A FRENTE
Cincuenta millones de norteamericanos los han visto y oído PRIMER FORO ABIERTO, DE UNA SERIE DE CU A TRO Chicago, 27. — (Crónica de la Agencia EFE, recibida por teletipo, por Merriamn Sraiíli y William Theis, exclusiva para LA VANGUARDIA)
Los dos candidatos a la Presidencia de los Estados Unidos, el vicepresidente Richard Nixon y el senador John Kennedy, han celebrado una entrevista cara a cara ante la televisión. Esa.entrevista puede cambiar el curso de la campaña electoral. Arguye el senador Kennedy Kennedy comenzó su intervención culpando a la política republicana de que Norteamérica no sea tan fuerte como puede ser en la actual crisis mundial. Re- cordó después las elecciones de 1860, cuando Abraham Lincoln preguntó si la nación podía existir mitad esclava y mitad libre; y señaló que el actual dile- ma es el de si el mundo puede existir, tomo los Estados Unidos de 1860, mitad abre y mitad esclavo. «Que el mundo se dirija hacia una mayor libertad o ha- cia una mayor dominación comunista -afirmó Kennedy— depende en gran tiedida de lo que hagamos en los Esta- los Unidos, del tipo de sociedad que onstruyamos.» Señaló después que el lebate con Nixon, primero de una se- ie de cuatro, se suponía reducido a los .suntos internos, pero subrayó que los isuntos internos del país estaban rela- :ionados y en continua lucha, con la ctuación del jefe del Gobierno sovié- lico, Kruschef. Acerca de las cuestiones por él tratadas durante su campaña electoral, Kenedy dijo: «¿Hacemos todo lo que podemos hacer? Somos tan fuertes como podemos ser?» Creo que no hacemos bastante.
No estoy satisfecho con el progreso que realismos.» El senador manifestó que Norteamérica era grande y poderosa, pero que podía ser más grande y más pode- rosa. El candidato demócrata expre- só su descontento por el hecho de que cada año salieran de las escuelas téc- nicas rusas doble número de ingenieros que de las norteamericanas, y añadió que no estaría satisfecho hasta que «cada ciudadano norteamericano gozara de la plenitud de derechos constitucionales». El senador por Massachusetts insistió en que se podía hacer más y que si los Estados Unidos fracasaban, fracasaría la causa de la libertad. Añadió que la razón de que el fallecido presidente Roosevelt fuera un buen vecino de Iberoamérica, se debía a que él «era un buen vecino de América». Contesta el vicepresidente Nixon Nixon comenzó su intervención afirmando oue «muchos de nosotros esta- mos de acuerdo» con las declaraciones de Kennedy, y agregó que no había duda de que «no podían discutirse las cuestiones internas sin rec3nocer su efecto sobre las relaciones internacionales».
«Estamos empeñados —'dijo— en una dura com- petición. Vamos delante, pero cuando se combate, el única medio de continuar a la cabeza es seguir avanzando.» Declaró después que se «adhería por completo» al espíritu y deseo de seguir adelante. Pero añadió que no estaba de acuerdo con las declaraciones hechas «en varias ocasiones» relativas al «estan- camiento» de los Estados Unidos. Para demostrarlo señaló que no había más que comparar el «récord» económico de la Administración de Eisénhower con el de la de Truman. Se refirió después el candidato republicano a que Kennedy era partidario de gastos, federales mucho mayores, y afirmó que la medida de una Administración efectiva no estaba dada por los mayores gastos sirio por el «juicioso empleo» de los mismos. Fogueo de preguntas y respuestas Tras las declaraciones previas de ambos candidatos, si comentarista de la «American Broadcastíng Company», Robert Fleming, mencionó el hecho de que Nixon había calificado a Kennedy de poco «fogueado» en las cuestiones de Go- KENNEDY bierno, y preguntó al candidato demócrata si creía que el pueblo norteameri- cano le votaría, pese a su supuesta falta de experiencia.
El senador respondió que Nixon y él habían llegado al Congreso, por primera vez, en 1946, y que habían servido al país en el terreno político desde aquella fecha. «Nuestra ex- periencia en el Gobierno es parecida», afirmó. Nixon no hizo comentarios a la declaración de Kennedy. El comentarista de la «Columbia Broadcastíng System», Stuart Novins, re- cordó a Nixon que los republicanos habían insistido mucho, en el curso de la campaña electoral, sobre la experiencia política del vicepresidente por su ac- tuación como observador o participan- te en la política de la Administración de Eisénhower y le preguntó qué de- cisiones de debían a su iniciativa, o en cuáles había participado. Nixon contestó que después de cada uno de sus viajes al extranjero hizo cierto número de recomendaciones, muchas de las cuales habían sido adop- tadas. Roosevelt, Truman, Eisénhower Intervino entonces Kennedy para señalar que Nixon estaba equivocado al comparar las Administraciones de Truman y de Eisénhower, ya que al llegar aquél a la Presidencia el país se en- contraba en el período de reajuste post- bélico y la supresión del control de precios contribuyó a la fluctuación económica. Señaló que por tal razón prefería comparar las respectivas polí- ticas económicas de demócratas y re- publicanos, haciéndolo con los veinte años de las Administraciones de Roosevelt y Truman y los de la de Eisén- hower.
Ambos candidatos se interpelaron después sobre aspectos de la cuestión agrícola norteamericana y Kennedy acusó a los republicanos del fracaso del plan agrario del secretario del ramo, Ezra Taft Benson. En lo relativo a la supuesta inexperiencia de Kennedy en asuntos de Go- bierno, Nixon señaló que la diferencia estribaba en que el candidato demócrata había trabajado en la rama legislativa, mientras que la mayor parte de su pro- pia labor se había realizado en la ejecutiva. Kennedy contestó que Lincoln había llegado a la Presidencia después de una obscura intervención en la Cámara de Representantes, y de una derrota en sus aspiraciones al Senado. Afirmó que no hay «ningún camino seguro hacia la Presidencia y que no existe garantía de que si uno toma un determinado rumbo pueda resultar un buen presidente».
La Cámara y el Senado Se preguntó después a Nixon si esperaba, en el caso de ser elegido presidente, poder gobernar mejor que Kennedy, con una mayoría demócrata en ei Congreso. El vicepresidente respondió que los republicanos confiaban en lograr nuevos escaños en la Cámara y en el Senado, y conseguir el control de aquélla, ya que el Senado estaba al margen de la cuestión este año. En el resumen final se refirió el candidato republicano a las declaraciones de Kruschef sobre el avance de la Unión Soviética en todos los terrenos. Dijo que Rusia había avanzado rápidamente pero que había partido de una «base muy inferior». La producción total soviética es sólo el cuarenta y cuatro por ciento de la de los Estados Unidos, y añadió que los Estados Unidos están mucho más avanzados que hace veinte años. Señaló que debido a que el líder soviético era un «fanático», los Estados Unidos deberían defenderse sacando el má- ximo rendimiento de su economía. NIXON El presidente Eisenhower ante la Conferencia Nacional Católica de Caridad
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