Ante una cámara de TV no se puede dudar
Quizá el peor momento de la entrevista a Mariano Rajoy en Televisión Española fue el instante en que, a la pregunta de si España necesita un rescate, el presidente calló y dudó durante unos segundos que se hicieron eternos.
La imagen de desconcierto que transmitió, de no saber qué hay que hacer en asunto tan trascendente, llegó a parecer hasta penosa.
Por si fuera poco, cuando empezó a contestar se metió en un jardín sobre si uno pide o no un crédito, qué condiciones le ponen…
No imaginar pensar que Rajoy no supiera que esa pregunta iba a saltar. Era de cajón, inevitable, obvio, que le iban a demandar sobre el rescate.
Entonces, ¿qué le pasó?
Por lo visto, el presidente se hizo a sí mismo el planteamiento de que lo importante de ese coloquio televisado era explicar las cuestiones de forma que las entendiera el ciudadano de a pie.
Rajoy se propuso ser pedagógico. Y eso le perdió.
Y así, ante la pregunta de si España necesita el rescate buscó, como parte de ese empeño de hablar llanamente, el ejemplo, la parábola, y entró en lo de si se pide o no un crédito.
¿No había pensado con anterioridad la comparación que tenía que poner, conociendo como conocía que la cuestión era ineludible?
Los segundos de duda resultaron interminables. Y la imagen del presidente salió malparada.
Estas cosas hay que prepararlas bien.
Ante una cámara de televisión no se puede dudar.
OPINION DE JOSE APEZARENA
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario